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Daniele y Simona

logo GSN originalLos dos somos unos apasionados a las actividades al aire libre: desde montañismo hasta surf, tanto escalada como ciclismo. Llevados por el fuerte deseo de explorar nuestros límites, países y diversas culturas, decidimos montarnos en nuestras bicicletas y conocer el mundo. Somos miembros de una asociación amateur de deporte, Gruppo Sport & Natura, que suele estar implicada en actividades sociales y que ahora está implicada en nuestro nuevo desafío. Nuestra mayor ambición es que esta aventura no es sólo unaexperiencia de dos personas individuales sino de una comunidad entera, siendo un ejemplo para creer que el camino que ha tomado nuestro planeta se puede invertir, un mundo que desafortunadamente se mueve a la velocidad de los medios de transporte más contaminantes.

¡No hay felicidad para quien no viaja, Rohita! De tanto permanecer en la sociedad de los hombres, hasta el mejor de ellos se echa a perder. Ponte en camino. Los pies del caminante se transforman en flores, su alma crece y da frutos y la fatiga del viaje limpia sus vicios. La suerte de quien se está quieto no se mueve, duerme cuando él duerme y se levanta cuando él se despierta.
¡Ahora vete, viaja, Rohita!

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Cuando leí por primera vez este extracto de una Sagrada Escritura India estaba en el Aeropuerto de Fiumicino en Roma, en el verano de 2007, con una única mochila a mis espaldas y como destino el Camino de Santiago. Fue una fantástica experiencia con un gran crecimiento espiritual y preparación física, y en aquel momento no podía imaginar que se convertiría en la primera de mis ya muchas aventuras. De hecho, desde entonces, ya no he parado, siguiendo sin descanso mi pasión por el nomadismo, combinando constantemente con aventuras para hacer deporte, 5 meses sin hogar en España, otros 15 días en Marruecos haciendo autostop en solitario; también combinando muchas semanas de mar y montaña, surfeando el Océano Atlántico o haciendo senderismo, escalada y alpinismo en los Pirineos, Alpes o Apeninos. Y después de todo esto, llegó la Bicicleta. En 2011, regresé a casa en bicicleta, después de pasar un año viviendo en Madrid. Conecté las dos capitales española e italiana, en un viaje de 4.500 km en el que tardé poco más de 3 meses en completarlo exitosamente. El descubrimiento de este extraordinario medio de transporte consiguió totalmente cambiar mi vida. Aunque Roma no es precisamente una ciudad amigable para los ciclistas (especialmente para gente que como yo vive en la periferia montañosa), empecé a utilizar la bicicleta como medio de transporte principal para mi vida urbana. A pesar de tener el título de Ingerniero Superior de Telecomunicaciones, y estar trabajando como investigador en la Universidad, mi deseo de aventura y sed de descubrimiento aventajaron a cualquier puesto de trabajo estable que pudiera surgir. Este proyecto de vuelta al mundo está en mi mente desde entonces, y es durante el verano de 2013, durante 15 días de excepcional senderismo en solitario en la “Alta Via dei Silenzi” (un trekking duro y difícil en “Friuli Dolomitas”) forgé la idea de combinar el ciclismo con las montañas más altas del mundo. Pero este proyecto no es sólo un reto deportivo, es mucho más. Nació como la necesidad de buscar una forma diferente de vida, tratndo de escapar de un sistema impuesto por la sociedad con estructuras demasiado rígidas, monótonas y para muchos poco satisfactorias.  El proyecto también quiere ser un apoyo a las iniciativas humanitarias y un vehículo de promoción de la bicicleta como medio principal de transporte. De vez en cuando cojo de nuevo la guía del Camino de Santiago y vuelvo a leer el extracto del texto indio que mi madre escribió en él. Me doy cuenta de lo lejos que he caminado desde entonces con mis zapatillas o con los neumátios de mi bicicleta. Pero sobretodo pienso en la ruta que aún tengo que hacer frente. Es maravilloso saber que el mundo es tan grande.



He estado trabajando en la industria del turismo por más de 13 años, y he visto el mundo a través de los cientos de personas que animan a diario la vida hotelera. Comencé a trabajar de inmediato al terminar los estudios, así que no tuve mucho tiempo para viajar. Viví en Inglaterra durante un corto período, y hice un breve viaje a Tailandia y un montón de viajes cortos en Europa, todo centrado en mi gran pasión: el deporte de escalada y alpinismo. Desde que era niña tuve la oportunidad de pasar la mayor parte de mi tiempo libre al aire libre, mis vacaciones fueron divididos entre largos paseos por los Dolomitas y Apeninos y mucho nadar en las cristalinas aguas del sur de Italia. Mi viaje ideal es un viaje sin ninguna comodidad regular, como solía pasar mucho tiempo en la vieja casa de campo de mi familia en la que no había calefacción, ni luz ni agua potable, donde el único confort era la chimenea en invierno. Recuerdo que al inicio no disfrutaba mucho los paseos por las montañas, pero más tarde, de repente me di cuenta de que las montañas son mi gran pasión por lo que he dedicado la mayor parte de mi tiempo libre a la escalada, senderismo, alpinismo invernal, etc. Mi pasión es tan fuerte, que quería compartir con los demás, así que asistí a un curso de formación deportiva y durante dos años he estado trabajando como monitora en un centro de escalada en Roma (Vertical Park). Me encanta cada aspecto de las montañas, pero sobre todo el cansancio de la conquista, y siempre es una conquista, incluso sin llegar a la cumbre. Estos últimos años he comenzado a explorar las montañas en cada estación del año, a través de la asistencia a cursos de montañismo de invierno y verano, el desarrollo de un fuerte respeto en relación a estos lugares, en particular la parte superior de la que marca la frontera de la tierra con el cielo. En cuanto a la bicicleta, me acuerdo ciclar desde que tengo memoria. Recuerdo sobre todo pruebas de valor como lanzarme con mi bicicleta por la pendiente de garaje, en mi barrio de Colli Aniene. Bicicletas para mí significan explorar, gracias a la bicicleta he podido ir más allá de los límites de mi barrio, o para ir más allá de la puerta del campamento de verano para comprar croissants en el pueblo. Además de caminar, la bicicleta son los primeros medios de transporte que aprendemos a usar y amar y son los únicos que se pueden utilizar a cualquier edad, siempre dan el mismo placer. Mi vida no es sólo el elemento tierra, sino también el agua, y así empecé a surfear y hacer barranquismo, realizando día a día que me gustan las muchas oportunidades de la vida. Es por eso que decidí seguir Daniele en este proyecto y sorprendente viaje. Se trata de la oportunidad de las oportunidades, un viaje en cual todo puede suceder. Significa la realización de mi deseo de ver el mundo no como turista sino como viajera, y transformar este deseo en un manifiesto de contribuir a cambiar los hábitos de los demás habitantes de este planeta.

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